La industria textil italiana ha iniciado una ofensiva para frenar el avance de Shein, que busca afianzarse en el mercado europeo desde su reciente desfile en Milán.
Según declaraciones de Luca Sburlati, presidente de Confindustria Moda, “el sector textil está bajo ataque… Cada día recibimos cientos de miles de paquetes en nuestros hogares. Debemos reaccionar”. Este llamado enfatiza la percepción de riesgo que enfrenta la producción tradicional italiana ante la dinámica de la moda ultrarrápida.
Italia, reconocida por marcas de alta gama como Gucci y Prada, ve cómo una parte relevante del consumo se desplaza hacia opciones más accesibles ofrecidas por plataformas como Shein. El país acoge un desfile de la marca china —ahora con sede en Singapur— y al mismo tiempo promueve una estrategia nacional para proteger el distintivo “Made in Italy”.
El ministro encargado de la marca Made in Italy, Adolfo Urso, alertó frente al fenómeno: “una invasión de productos extranjeros de bajo coste que perjudica a nuestros productores y pone en riesgo a los consumidores”. En respuesta, la industria de la confección trabajará en un plan estratégico para reforzar y proteger la moda italiana.
Además de la competencia comercial, también se plantean dimensiones regulatorias y medioambientales. Entre las propuestas se incluye eliminar la exención de derechos de aduana para paquetes con valor inferior a 150 euros, una medida que sigue iniciativas similares adoptadas en Estados Unidos. Asimismo, preocupa el impacto ambiental de prendas de bajo coste que son usadas muy pocas veces y luego descartadas, así como las condiciones laborales en fábricas vinculadas a la moda rápida.
En el desfile de Milán los consumidores más jóvenes reconocen el atractivo del precio. Por ejemplo, un joven de 24 años declaró recibir “unos cuatro paquetes de Shein al mes” y afirmó: “Estas prendas solo se pueden usar una o dos veces como mucho. Pero son realmente baratas”. Esto refleja una tensión entre el acceso económico y la sostenibilidad de los modelos de producción.
